La opinología es la disciplina que más vemos en los medos de comunicación, y hay de todo, porque cuando de oportunismo se trata, los opinólogos/as sobran, pero se extrañan vocerías que, por sentido común, uno esperaría que se dieran frente a determinadas contingencias.
Hablamos de la Cámara de Comercio, de Turismo, del mundo acuícola y sus proveedores que hasta hoy, nada han dicho de las recientes y positivas cifras dadas a conocer por el Banco Central y que dan cuenta de un crecimiento sostenido en los últimos 9 meses a nivel regional.
Y decimos que se extrañan esas reacciones porque cuando el PIB Regional fue negativo, todos opinaban e incluso festinaban con esa adversa realidad. Pero hoy, nada se dice, lo que deja en evidencia que, en temas de interés regional, ciertamente que sigue existiendo mucha mezquindad y aprovechamiento político, según sea el escenario.
Y a raíz del reciente reporte del Banco Central, lo que más se esperaría de las instituciones y gremios, es una reacción al menos técnica y no necesariamente política, respecto a esta nueva realidad. Quizás a los gremios empresariales les incomoda hablar de estos logros, porque no quieren reconocer que se trata de evidentes señales de reactivación económica, y al no hacerlo, necesariamente afloran esas debilidades corporativas que ningún dirigente quiere asumir.
Y por su parte a la Oposición política, sucede algo similar, los partidos sin vocerías, sin opinión, guardando un silencio que no es más que la evidencia concreta de una incapacidad de poner en perspectivas no solo sus ideologías, sino que fundamentalmente, sus propuestas de desarrollo para la región de Aysén. A la Oposición le encanta festinar cuando al Gobierno le va mal, pero solo se quedan en eso, en críticas, en defensas corporativas, pero la comunidad extraña sus propuestas y la nobleza de reconocer, más allá de todo sesgo ideológico, que no todo es tan malo.
Hoy lo prioritario es sacar a Aysén del subdesarrollo, una máxima a la que nos sumamos porque en ella está la clave para poder dejar atrás nuestro rezago y comenzar a transitar por mejores estándares de progreso, vinculados la mayoría de ellos, a obras que el Estado debe concretar en el territorio. Conectividad vial y digital, acceso a la vivienda con oportunidad y no esperando décadas, mejores establecimientos educacionales, un plan de descontaminación más efectivo que el actual y otras demandas ciudadanas urgentes que siguen siendo parte del petitorio histórico de la gente de Aysén.
Entonces volvemos a plantear que la ciudadanía quiere ver acciones concretas y propuestas para avanzar, para fomentar desarrollo, y cuando la crítica es solamente ideológica, su contribución al debate es nula.
El Gobierno Nacional y Regional entienden y asumen que la ciudadanía anhela ver a las autoridades en una actitud más proactiva, porque aun reconociendo que la cosa pública funciona a ritmo lento y burocrático, siempre es bueno mantener un diálogo sincero y directo con la comunidad, las organizaciones, y con los gremios empresariales en torno a los inconvenientes que enfrentamos como región, y que hoy, a propósito de este informe del Banco Central, parecen agudizarse.