Construyendo Confianza: El Compromiso de la Defensoría Penal Pública con la Integridad


En tiempos donde la confianza ciudadana hacia las instituciones se encuentra en constante tensión, hablar de integridad pública no es solo necesario, sino urgente, pues la confianza ciudadana a mi juicio, construye directamente al fortalecimiento de nuestra democracia. En este sentido, Chile ha avanzado en esta materia con la implementación de la Estrategia Nacional de Integridad Pública (ENIP), una política pública participativa basada en evidencia, y con un enfoque proactivo orientado a mejorar los estándares de transparencia, integridad y lucha contra la corrupción en un país. https://www.integridadytransparencia.gob.cl/estrategia-nacional-de-integridad-publica/.
La ENIP contempla 210 medidas concretas, agrupadas en cinco ejes temáticos: función pública, recursos públicos, transparencia, política y sector privado. Este enfoque integral no solo busca reaccionar ante escándalos, sino prevenirlos, promoviendo una cultura institucional basada en valores éticos y responsabilidad pública.
En este contexto, la Defensoría Penal Pública (DPP) ha asumido un rol clave desde hace varios años, el cual se ha intensificado con la llegada de la actual Defensora Nacional. Dentro de sus lineamientos de gestión, ha priorizado y visibilizado con fuerza la temática de la integridad pública, posicionándola como un eje transversal en el quehacer de la institución.
Como muestra de este compromiso, la DPP ha implementado diversos mecanismos de control interno orientados a establecer un sistema robusto de integridad institucional. Entre ellos destacan: Código Deontológico para el/la Defensor(a) Penal Público(a); Política y Sistema Preventivo contra el Lavado de Activos, Financiamiento del Terrorismo y Delitos Funcionales (LA/FT/DF); Código de Ética Institucional; Política de Gestión y Desarrollo de las Personas, que incorpora principios como el compromiso social, la probidad, el trato digno a las personas usuarias y la generación de valor público.
Estas herramientas no solo fortalecen la gestión interna, sino que también reflejan el compromiso de la institución con una defensa penal pública ética, transparente y centrada en las personas.
La integridad pública no se construye únicamente desde la normativa, sino desde el actuar cotidiano de las instituciones. La DPP, al avanzar en estos mecanismos, demuestra que es posible consolidar una cultura organizacional basada en la confianza, el respeto y la responsabilidad, pilares fundamentales para una justicia más equitativa y cercana a la ciudadanía.
Como desafío en el corto plazo, la institución se encuentra trabajando en la elaboración de nuevos instrumentos de gestión para los próximos años, en los cuales la integridad y el actuar en función del interés general ocupan un lugar central. Este enfoque reafirma el compromiso de la DPP con una defensa pública que no solo protege derechos, sino que también promueve valores fundamentales para la convivencia democrática.