Columnista, Colaborador
Asumir la jefatura regional de la Policía de Investigaciones en Aysén es, sin duda, uno de los mayores desafíos y honores de mi carrera. Lo hago con la convicción de que liderar significa servir, escuchar y trabajar junto a las y los funcionarios que día a día ponen su vocación al servicio de la ciudadanía. Desde el primer momento he dicho que soy, ante todo, una detective más, y que mi forma de ejercer el liderazgo es codo a codo con mi equipo, compartiendo el esfuerzo y el compromiso que caracteriza a esta institución.
Aysén es una región única. Su belleza natural, sus paisajes majestuosos y, sobre todo, la calidad humana de su gente la hacen un lugar especial. Desde que llegué, me ha sorprendido gratamente la cordialidad de las personas: todos se saludan, se reconocen, se acompañan. Es algo que, lamentablemente, se ha ido perdiendo en otras zonas del país, y que aquí sigue vivo. Y precisamente esa tranquilidad es la que queremos preservar y proteger.
Sabemos que la región no está exenta de los desafíos que enfrenta el país en materia de seguridad. Los delitos que más afectan a nuestra comunidad son la violencia intrafamiliar, los delitos sexuales y las estafas telefónicas y digitales. Cada uno de ellos representa una herida social que no solo deja víctimas directas, sino también entornos familiares afectados en su sensación de seguridad y confianza. Como PDI trabajamos día a día para investigar, detener y poner a disposición de la justicia a los responsables, pero también entendemos que nuestra labor va mucho más allá de la persecución penal: debemos educar y generar conciencia.
Este mes también asumió el nuevo Fiscal Regional de Aysén, Hernán Libedinsky Moscovich, con quien ya hemos sostenido reuniones y coincidimos plenamente en la forma de entender el trabajo policial y judicial: cercano a la comunidad, comprometido con las víctimas y enfocado en resultados concretos. Compartimos la convicción de que este combate contra la delincuencia no se hace en parcelas, sino con una mirada común y colaborativa. La seguridad no se construye desde la distancia, sino desde la cooperación entre instituciones y la confianza de la ciudadanía. Tanto el Ministerio Público como la PDI sabemos que solo trabajando juntos, con los municipios, los servicios públicos y la comunidad organizada, podremos mantener los niveles de tranquilidad y seguridad que caracterizan a esta región.
En este contexto, resulta alentador saber que la ciudadanía reconoce y valora el trabajo de nuestra institución. Según la última encuesta de Plaza Pública Cadem, la Policía de Investigaciones es la segunda institución con mejor aprobación ciudadana en cuanto a desempeño. Este respaldo no nos relaja, sino que nos motiva a seguir mejorando. Mantener y fortalecer la confianza que las personas depositan en la PDI implica un compromiso permanente con la transparencia, la eficiencia y la cercanía.
Quiero trabajar, como jefa regional, para que cada habitante sepa que cuenta con una policía profesional, moderna y empática, que escucha, acompaña y actúa con sentido de servicio. Cada investigación que realizamos, cada operativo, cada denuncia atendida, tiene detrás a hombres y mujeres comprometidos con la verdad y la justicia, conscientes de que el bienestar de la comunidad es nuestro principal objetivo.
Mi compromiso es liderar con cercanía y convicción, potenciar las capacidades de nuestros funcionarios, de todos los escalafones, y promover una PDI abierta a la comunidad. Una institución que no se limite a reaccionar ante el delito, sino que también se anticipe, eduque e investigue.
La seguridad no es solo la ausencia de delitos; es también la confianza en las instituciones, el respeto entre las personas y el orgullo por el lugar donde vivimos. Esa es la esencia que, en el poco tiempo que llevo, me he podido percatar que tiene Aysén, y es nuestro deber cuidarla. Cuidar lo nuestro, nuestra paz, nuestra convivencia, nuestra forma de vivir, es una tarea que nos convoca a todos. La PDI seguirá cumpliendo su rol con firmeza, compromiso y vocación de servicio, pero necesitamos también del apoyo, la participación y la responsabilidad de cada ciudadano. Solo así, trabajando juntos, podremos seguir viviendo tranquilos en nuestra maravillosa Patagonia.




















