El lunes 22 de abril, el mundo se unió para conmemorar el Día Internacional de la Tierra, fecha que nos invita a reflexionar y actuar juntos por nuestro preciado planeta. En esta columna, profundizaremos sobre la importancia de la acción individual y comunitaria en la protección y cuidado de nuestro hogar compartido.

En primer lugar, es crucial reafirmar nuestro compromiso como gobierno en la preservación del medio ambiente. Hemos logrado proteger 167 millones de hectáreas de áreas naturales, un logro que nos llena de orgullo, pero también nos desafía a seguir adelante. 

La implementación efectiva de medidas de conservación, basadas en información científica actualizada y una gobernanza inclusiva, es fundamental para el bienestar de nuestras comunidades y ecosistemas, especialmente en la Patagonia Aysén, donde más del 50% del territorio cuenta con protección oficial.

Además, debemos abordar la triple crisis planetaria: la pérdida de biodiversidad, la contaminación y el cambio climático. Estos desafíos requieren soluciones urgentes y estructurales, basadas en la economía circular y el desarrollo armónico de nuestros territorios. Es fundamental pensar en las generaciones futuras y actuar con responsabilidad en el presente para garantizar un futuro sostenible para todos.

Quiero hacer un llamado a la acción a todos los lectores de esta columna: cada pequeña acción cuenta en la lucha por la salud de nuestro planeta. Ya sea en casa, en la calle, en el trabajo o en organizaciones civiles, todos podemos contribuir a esta causa. 

Desde el Ministerio del Medio Ambiente, seguiremos trabajando para construir puentes y fomentar la cooperación, pero necesitamos el compromiso de toda la sociedad para hacer de la Patagonia Aysén un ejemplo para el mundo.

Recuerden esto: El Día de la Tierra nos recuerda que cada día es una oportunidad para proteger y cuidar nuestro hogar compartido. Juntos, podemos marcar la diferencia y construir un futuro más sostenible para las generaciones venideras.