Siempre hemos sostenido que es sumamente relevante que la gestión del gobierno nacional y regional esté en permanente evaluación por parte de la ciudadanía, y es bueno que así también lo entiendan quienes lideran ambas instancias de representatividad, el Delegado Presidencial Jorge Díaz Guzmán y el Gobernador Marcelo Santana Vargas, quienes deben asumir que su gestión siempre está sujeta al escrutinio popular, algo que por cierto le hace muy bien a nuestra democracia.

Ambas representaciones, una designada y de confianza presidencial y la otra de representación popular directa, deben ser más proactivas, más eficientes y actuar de forma oportuna y clara en aquellas áreas más relevantes de su gestión, y más sensibles con las demandas de la gente. Porque no se debe perder de vista que la gente se pregunta a diario cómo lograr un mayor nivel de desarrollo en esta región apartada y en evidente rezago respecto al resto del país. Una inquietud que lleva años planteándose desde la ciudadanía y que puede tener muchas respuestas, dependiendo del enfoque que se le dé. 

Pero hoy, la región vive un momento complicado, con un reactivación económica que muy poco se advierte, pero abundan los reels donde cada autoridad entrega un relato que parece sacado de un mundo paralelo, donde comunicar se transforma en una puesta más que en un compromiso con mostrar con realismo y responsabilidad la calidad de la gestión.

Las condiciones o características "especiales" que tiene la zona en materia económica y productiva definitivamente merecen mucha más atención de la que históricamente ha tenido, porque las evidencias de nuestro subdesarrollo son tan categóricas, que el tema incomoda y genera reacciones de molestia de las autoridades de turno cuando planteamos esta realidad.

Y decimos autoridades de turno porque hay problemas que se arrastran desde hace décadas y se han convertido en una realidad que ya marca un sello y que deja en evidencia que desarrollar este territorio austral no es una tarea fácil, lo que hace pensar que se deberían redoblar los esfuerzos y las ayudas para poder lograr una meta tan prioritaria como esa. 

Esfuerzos que deben traducirse en políticas públicas que reconozcan esa condición "especial", y ayudas como incentivos o subsidios, que se hagan cargo de "equiparar la cancha" en aquellos ámbitos donde el libre mercado y la libre competencia simplemente no logra empatizar con las demandas de las comunidades.

Por eso es importante la comunicación ya que la opinión permanente de las personas es que en Aysén falta mucho por hacer en aspectos estratégicos como conectividad, turismo, empleo y fomento productivo en general. 

Insistimos en este punto; es tremendamente necesario sumar voluntades y planificar con consenso y seriedad, una propuesta de desarrollo amplia e integradora, poniendo en valor la unidad regional como uno de los pilares fundamentales para alcanzar las metas que tanto anhelamos. No hay otra fórmula, tenemos que dejar la crítica y de una vez por todas comenzar a recoger las propuestas de los distintos sectores, para desde ellas, definir la hoja de ruta que nos lleve a un desarrollo efectivo.