Gobernar con eficiencia no puede ser improvisando

Siempre, en cualquier administración, la comunidad espera que los gobiernos, que duran 4 años, sean capaces de ejecutar, de concretar proyectos emblemáticos para cada territorio, atender las necesidades más relevantes de las personas y no perder el tiempo en descalificaciones y defensas corporativas que solo hacer perder tiempo y no enfocarse en lo urgente.
A la comunidad le interesa que las autoridades de turno impulsen un proceso donde el principal objetivo sea desarrollar esta región extrema que evidencia señales categóricas de rezago en muchos ámbitos.
Hay que honrar la palabra del Gobierno y no solo mencionar al Presidente Gabriel Boric en la información oficialista, también hay que asumir nuevos desafíos, demostrar ganas de avanzar en aquellas áreas donde aún se advierten dificultades y mostrar esos avances con claridad. Le queda poco tiempo al Gobierno para hacer grandes transformaciones, pero lo que falta para dejar el poder, debería tener prioridades robustas. Porque la ciudadanía anhela que comiencen a advertirse más y mejores señales de reactivación económica, especialmente en lo referido a la generación de empleos y se inicie definitivamente un proceso de progreso constante, donde se pongan en marcha nuevos proyectos, nuevas ideas, nuevos emprendimientos, y se genere en Aysén un clima de optimismo colectivo que tenga un correlato en todos los rincones de nuestra sociedad.
Aun cuando queda mucho por hacer para lograr un proceso de reactivación más contundente y efectivo, poco a poco se va generando un escenario de mejores perspectivas, que, según los expertos, podría ser la señal más palpable de un periodo de crecimiento y dinamismo sostenido que debe ser evaluado mes a mes, para así empezar a transitar de un período de incertidumbre, a uno de optimismo.
Desde que se inició este segundo tiempo de la gestión gubernamental, se instaló la máxima de que comienza un período de mejor gestión, donde todos y todas esperamos que nuestro país salga de sus complicaciones y comencemos colectivamente a sentir, a palpar, mejores tiempos para así dejar atrás la incertidumbre y comenzar a poner nuestros mayores esfuerzos y convicciones en un mejor y próspero futuro para Chile, para Aysén y su gente.
Hoy, los desafíos son de consenso; comenzar a construir una mejor región, una institucionalidad que se haga cargo de las necesidades más urgentes, pero también de sostener los cambios que los ciudadanos/as demandan. Y quizás ya poco importe a las personas que esa administración sea de derecha, centro o izquierda, porque hace rato que la gente exige buena gestión, eficiencia y rapidez en las acciones gubernamentales, sean del sello ideológico que sean.