Editorial, Redacción Ha sido interesante escuchar la narrativa de las dos nuevas diputadas electas, Alejandra Valdebenito y Andrea Macías, quienes han señalado que su compromiso prioritario será con la región, no con sus partidos políticos ni con el Gobierno de turno.
Una declaración de principios que sin duda genera una ilusión entre quienes creen y defienden con firmeza la necesidad de descentralizar el país y comenzar a mejorar la calidad de vida de aquellos territorio (regiones y comunas), que hoy evidencian rezago y un claro subdesarrollo, una realidad que en Aysén es sumamente notoria y de la cual hay que hacerse cargo. Y nos gustaría conocer también las definiciones de los demás congresistas en torno a esta demanda regional, porque si bien se legisla con una mirada de país, no es menos cierto que las dificultades tan evidentes que muestran algunas regiones, como la nuestra, deben instalarse en un sitial prioritario de la próxima administración y sensibilizar también a los nuevos congresistas que asumirán funciones el 11 de marzo.
Por ello, la segunda vuelta presidencial también es importante por el sello que cada candidato quiere darle a la descentralización y la regionalización.
Si nos ponemos a analizar la percepción ciudadana, hay realidades transversales que siguen inquietando a la gente, fundamentalmente desconfianza y una distancia tremenda con las acciones y la narrativa política. Por eso es que el mensaje de la comunidad a los políticos es claro y directo; comprométanse con el desarrollo regional y local, mejoren la gestión y evidencien en su desempeño un apego a las demandas colectivas y no una obediencia a sus partidos.
Porque la ciudadanía no tiene mucho interés por las polémicas artificiales e inoficiosas y las peleas ideológicas, muchas de ellas absolutamente innecesarias, ya que únicamente condicionan, y a veces retrasan las importantes decisiones que deben dar paso a las grandes soluciones, esas que generan desarrollo, un aspecto tan anhelado por las personas en esta parte del país.
Porque es un hecho de la causa que la comunidad aisenina sigue a la espera respuestas y soluciones a muchas demandas y problemas. Muchas de esas soluciones requieren ser pensadas en el ámbito legislativo y otras en manos del gobierno central, a quienes se les pide compromiso real.



















