Coyhaique-. La tarde del domingo 26 de enero cambió por completo la vida de la familia compuesta por Mauricio Marín y Natalia Ali, joven pareja de Puerto Aysén que estaban a la espera de su primer bebé, cuyo nacimiento se proyectaba para fines del mes de mayo. Sin embargo, el destino quiso otra cosa.

Es así como tras acudir a la Urgencia del Hospital de Puerto Aysén por una serie de malestares asociados al embarazo, Natalia fue trasladada rápidamente al Hospital Regional Coyhaique con la intención de resguardar su vida y la de su bebé, que en ese momento recién tenía 22 semanas y 4 días de gestación, situación bastante compleja, puesto que la supervivencia de prematuros extremos con una edad gestacional inferior a las 23 o 24 semanas, es muy baja a nivel mundial. 

A pesar del complejo panorama, la pequeña Alma nació el 26 de enero pesando apenas 614 gramos (menos que un paquete de arroz). Sin embargo, sus ganas de mantenerse con vida movilizaron durante 4 meses no sólo al equipo de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) del HRC, sino también a una serie de especialistas del único hospital de alta complejidad de la región, quienes durante este período profundizaron sus conocimientos en bebés de extrema prematurez para sacar adelante a Alma.

"Es un día de felicidad para la UCIN de este hospital, porque estamos dando de alta a una prematura que nació con 22 semanas y 4 días de gestación, al límite de la viabilidad, y que representó un tremendo desafío para nuestro equipo. Hemos tenido un camino con muchos altos y bajos, pero que finalmente fue un camino de éxito, estamos contentos y queremos compartirlo con la comunidad", cuenta la Dra. Marly Barrios, médico pediatra de la UCIN.

La especialista destacó que durante estos cuatro meses de hospitalización de Alma, la pequeña fue sometida a una cirugía intestinal liderada por el equipo de cirugía pediátrica del HRC, y además fue trasladada a Santiago para el tratamiento de una retinopatía, destacando el trabajo en equipo que trajo consigo el proceso de recuperación de la menor, que fue dada de alta con un peso de 3,190 kilos.

"Estamos todos contentos porque veíamos muy lejano este momento, y hoy se va con sus padres, que siempre estuvieron presentes, alegres, con mucha fe y que confiaron su bien más preciado a este equipo", enfatizó la Dra. Barrios.

Por su parte, Jaime Carvajal, subdirector médico del Hospital Regional Coyhaique, recalcó la importancia de que los equipos, más allá del servicio o unidad en el cual se desempeñen, deben comunicarse entre sí para la realización de un abordaje terapéutico integral hacia los pacientes, sobre todo en casos extremos como el de Alma. "Este caso es muy importante para nuestro hospital, porque es una demostración de que el trabajo en equipo es una sinergia, un patrimonio para obtener buenos resultados con nuestros pacientes", sostuvo.

"Ha sido un camino bastante largo, nosotros no somos de Coyhaique, y hemos tenido que cambiar muchos aspectos de nuestras vidas por nuestra hijita", cuenta Natalia Ali, mamá de Alma, a lo que Mauricio Marín, papá de la pequeña, agrega: "es como haber corrido una carrera, siento un poco de tristeza por todo el proceso, pero hay mucha felicidad".

Alma es la primera hija de esta joven pareja, quienes de momento permanecen en la capital regional para continuar la recuperación de la niña cerca del único hospital de alta complejidad de la región, proceso que a nivel familiar, implica una serie de cambios para facilitar la recuperación de su primogénita.

"Ha sido un camino muy largo, que en algún minuto lo vimos como imposible. Venía una noticia buena y una mala, y hay que tener harta fuerza, incluso para venir a ver a nuestra hija en buenas condiciones emocionales", narra Mauricio.

Ambos padres coinciden en el gran apoyo que recibieron del equipo de Neonatología del HRC: "Lo bueno es que Alma está bien, es una guerrera, ha luchado desde que nació y el equipo la ha recibido con los brazos abiertos. Hasta hoy, han sido las mejores manos donde ella pudo haber nacido. Nos vamos muy felices con nuestra pequeñita a la casa", confiesa Natalia.

"Quiero dar un mensaje a todos los padres y madres que tienen un bebé prematuro: no bajen los brazos, tengan confianza y crean en todo lo que ustedes quieran creer. Por Alma rezaron y oraron personas de distintas religiones y espiritualizades. A confiar, tener los brazos en alto y darle toda esa fuerza a los bebés, porque ellos sienten todo. Al menos eso nos sirvió a nosotros para afrontar todo esto de la mejor forma", reflexionó la mamá de Alma.