Hernán Libedinsky Moscovich, Fiscal Regional de Aysén
Al iniciar este nuevo ciclo de gestión en la Fiscalía Regional de Aysén, creo importante compartir con la comunidad algunas de las líneas prioritarias que orientarán nuestro trabajo, siempre con el compromiso de fortalecer la justicia, la transparencia y la confianza ciudadana en la labor del Ministerio Público.
En este sentido, hace pocos días compartí con diversas autoridades, policías, funcionarios y representantes de la comunidad, que uno de los ámbitos de relevancia de nuestra gestión, sumado a enfrentar el crimen organizado, serán los delitos sexuales, violencia intrafamiliar y de género, los cuales estarán en el centro de nuestras prioridades, atendida su gravedad y por la situación de vulnerabilidad en que se encuentran las víctimas.
Estos ilícitos representan un porcentaje significativo de las denuncias que se reciben en la región y se han incrementado durante la última década.
Pero aquí no se trata de números. Detrás de cada denuncia hay una víctima, generalmente una mujer, un niño, una niña o un adolescente gravemente vulnerados, que debemos contener, acoger y proteger, por lo que redoblaremos nuestros esfuerzos para brindarles el apoyo y la atención que se merecen, y obtener una justicia oportuna y eficaz.
Quienes acuden al Ministerio Público, por lo general, han sufrido una experiencia difícil, compleja, muchas veces traumática, por lo que se trata de brindar una atención oportuna que permita atender, acompañar y sobrellevar de la mejor forma posible ese momento crítico.
Por ello, será prioritario una atención a víctimas y testigos de calidad, con un trato amable, deferente y respetuoso, en que se brinde la información requerida de manera eficiente y oportuna. A las víctimas les decimos: no están solas, las atenderemos, acogeremos y protegeremos en la búsqueda de justicia.
Otro de los ejes relevantes de nuestra gestión será el combate contra la corrupción, tanto externa como interna, la que será perseguida en forma implacable. En relación con esta última, siempre he sostenido que el estándar de probidad exigible a cualquier fiscal o funcionario del Ministerio Público debe ser más elevado atendida las funciones que por mandato constitucional y legal nos corresponden, las cuales son precisamente aquellas vinculadas con la investigación y persecución de delitos.
Por ello, la Fiscalía Regional de Aysén no permitirá casos de corrupción interna y nuestro quehacer se apegará de manera irrestricta al principio de probidad e integridad. No habrá cabida para conductas ilícitas ni contrarias a la probidad, y no me temblará la mano para investigar y eventualmente sancionar a fiscales o a funcionarios de la institución que se aparten de la conducta que les es exigible.
Dicho esto, no puedo dejar de recordar que las responsabilidades penales o administrativas son personales y se basan en la culpabilidad, por lo que resulta injusto poner en tela de juicio o cuestionar a toda una institución por la conducta reprochable de unos pocos.
Nada erosiona más la confianza ciudadana que la corrupción. Soy un convencido de que toda medida tendiente a prevenir la corrupción en las instituciones y servicios públicos - promoviendo una cultura de probidad, integridad y rectitud en la función pública -, redundará directamente en el restablecimiento de la confianza y la credibilidad de la ciudadanía en nuestra institucionalidad, fortaleciendo así el Estado de Derecho.


















