PIB Regional de 8,9%: Un indicador que debe generar optimismo

Comenzamos a transitar el último trimestre de este año 2025 con noticias económicas bastante buenas, que generan optimismo y una disposición ciudadana diferente, ya que el PIB Regional del 8,9% del trimestre abril-junio, deja en evidencia que estamos creciendo y que ya por 12 meses consecutivos, los indicadores son favorables.
Esto demuestra también que querer salir adelante y mejorar los indicadores de calidad de vida es una meta colectiva transversal y se comienzan a ver señales concretas de mejoría en la gestión gubernamental, para que así comiencen a materializarse los proyectos que la administración prometió y que en algunos casos, por diversas razones, no se han podido poner en marcha.
Se trata de aspectos claves para poder hablar efectivamente de reactivación económica, una meta que hoy se ve más cercana y que en esta parte del país se advierte nítidamente debido a la fuerte dependencia que nuestra economía tiene de la inversión pública, la que ha comenzado a destrabarse, creando fuentes laborales y dinamismo económico.
Y lo hemos reiterado insistentemente, ya es urgente pasar de las arengas a la acción, porque más allá de los buenos propósitos, la impaciencia ciudadana se justifica con creces. El comercio, la acuicultura, los servicios y prácticamente todos los rubros productivos regionales, ya evidencian señales de recuperación, y eso es sin duda un positivo factor para el desarrollo de Aysén.
Desarrollar este territorio austral, sacarlo de su rezago y generar condiciones para que ese proceso sea rápido y sostenido, es el gran desafío que tenemos por delante. La región de Aysén es la que más necesita del empujón estatal, la que más requiere de un esfuerzo adicional del Gobierno para poder salir de su subdesarrollo respecto al resto del país.
Sabemos que se trata de un problema estructural y complejo de resolver, pero parece agudizarse mucho más cuando desde el mundo político se adoptan posiciones extremas, a veces irreconciliables, y se pierde de vista el gran objetivo que es mejorar las condiciones de vida de la gente.
Por ello de nada sirven las confrontaciones, ya que nos llevan a un descontrol, a una polarización ideológica que no contribuye a la paz social, y que a la larga genera efectos negativos que afectan a todos los habitantes de la región de Aysén