En un rincón remoto y majestuoso del planeta, donde los vientos australes acarician bosques milenarios, glaciares vivos y aguas prístinas, se alza silenciosa, pero decidida una Unidad Policial que custodia uno de los patrimonios más valiosos del mundo: la naturaleza. En el Día Mundial del Medioambiente, es necesario fijar la mirada hacia la región de Aysén y reflexionar sobre el rol crucial que cumple la Brigada Investigadora de Delitos Contra el Medioambiente y Patrimonio Cultural (Bidema) de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI).
No es un detalle menor: la Bidema Aysén fue la primera Brigada ambiental creada fuera de Santiago, y sigue siendo la Unidad Especializada policial, del área, más austral del mundo. Nació de la necesidad de proteger un territorio que representa una de las últimas reservas naturales vírgenes del planeta: la Patagonia. Desde entonces, el trabajo policial ha sido decisivo en la defensa de humedales, especies en peligro, ecosistemas patagónicos y áreas silvestres protegidas. Las investigaciones que se desarrollan no solo revelan daños ambientales: exponen redes de tráfico de fauna, extracción ilegal de especies nativas, contaminación industrial y abandono de residuos tóxicos.
¿Por qué una Brigada Especializada de la PDI investiga estos delitos?: Porque el daño ambiental no es solo un problema ecológico, sino un fenómeno criminal. La destrucción de hábitats, el tráfico de especies y la contaminación sistemática son acciones que amenazan la ley, afectan la salud pública y comprometen el futuro de todos y todas; y, es precisamente ahí, donde la BIDEMA, con detectives capacitados en criminalística, legislación medioambiental, criminología, junto a distintas ciencias del quehacer humano, se convierte en una herramienta vital para la protección ambiental del Estado.
Esta fecha coincide con un momento significativo: el próximo aniversario de la PDI (19 de junio), Institución fundada formalmente en 1933, pese a que mucho tiempo antes, ya era protagonista en la seguridad, participando en la Guerra del Pacífico, siendo clave en la modernización de Chile: de sus filas nació la cédula de identidad, obra del subcomisario Luis Leiva Salas, precursor del Serbel y del Servicio de Identificación; como también fue iniciadora de la reinserción penal, de la inteligencia policial; resolviendo, a lo largo de la historia de Chile, los crímenes más horrendos, como también complejos, y hoy, según las últimas encuestas, se mantiene como la Institución más creíble del país.
En esta era climática, Aysén no es solo un paisaje de bellas postales, es el hogar de huemules, zorros, traros, líquenes milenarios y una comunidad humana que desea vivir en equilibrio con su entorno; cada árbol talado ilegalmente, cada río contaminado, cada bosque quemado sin razón, es un crimen contra las futuras generaciones, es por ello que la Bidema no solo investiga, sino que protege, educa y visibiliza.
La labor de la Bidema no termina al identificar a los responsables de un delito ambiental. Cada investigación abre puertas a un entendimiento más profundo sobre cómo interactuamos con nuestro entorno. Esta Unidad se ha transformado en un puente entre la justicia, la ciencia y la ciudadanía, permitiendo generar conciencia y fomentar una cultura de protección y responsabilidad ambiental. En un territorio extenso, de difícil acceso y con una biodiversidad única, la labor los detectives requiere no solo preparación profesional, sino también una profunda vocación de servicio público.
Entender que un delito ambiental no es solo "un problema de la naturaleza" sino una amenaza directa para la calidad de vida de las personas, es uno de los grandes logros de esta Brigada.
El Día Mundial del Medioambiente no es solo una conmemoración simbólica: es una oportunidad para renovar el compromiso con la Tierra. Desde la Patagonia chilena, la Bidema Aysén nos recuerda que la naturaleza necesita acciones concretas, decisiones valientes y una justicia que entienda que proteger el medioambiente es protegernos a nosotros mismos. Cada paso que da esta Brigada es un paso que acerca a Chile a un futuro más verde y sostenible.