En un Chile más empoderado y crítico con sus organizaciones, la Policía de Investigaciones de Chile se instala, dentro de la opinión pública, como una policía profesional y confiable. En la reciente encuesta CADEM, la comunidad nos posiciona nuevamente dentro de las tres instituciones más confiables del país, dato que no solo reconoce el trabajo de sus detectives, sino que también, subraya la relevancia de su rol en la seguridad ciudadana. En nuestro 92° aniversario, creo que es oportuno reflexionar sobre nuestra historia, el presente y visión de futuro.
Desde su creación en 1933, la PDI ha cambiado continuamente, ajustándose a las complejidades del crimen y a una sociedad que cambia constantemente. Sus inicios, como Dirección General de Investigaciones, Identificación y Pasaportes, establecieron las bases para una organización centrada en la investigación especializada, profesional y con estrictos estándares científicos. A lo largo de los años, hemos abordado constantemente los desafíos, desde delitos cotidianos hasta actividades criminales estructuradas, siempre priorizando la excelencia técnica.
Hoy, somos una institución robusta, con brigadas especializadas en ciberdelitos, crimen organizado, robos y delitos medioambientales, entre otras. Nuestro enfoque en la investigación científica ha permitido resolver casos emblemáticos y desarticular redes delictuales complejas, consolidando un modelo de persecución criminal inteligente y eficaz. Respecto a esto último nuestro Director General Eduardo Cerna Lozano, en sus pilares de mando, proyecta una evolución de la PDI aún más moderna, íntegra y conectada con las necesidades del país. Es por eso que ha potenciado el trabajo en terreno, incorporando nuevas tecnologías en las funciones policiales. En esta misma línea es que se han intensificado las fiscalizaciones masivas de personas extranjeras en distintas regiones, resguardando el orden público con respeto a los derechos humanos.
Lo anterior no sería posible sin una fuerte estrategia de control interno y fortalecimiento de los estándares éticos, asegurando que la probidad sea intransable en cada rincón de la institución. Es en este contexto, como institución hemos iniciado, por instrucción de nuestro Director General, un proyecto de Diseño e Implementación de una matriz de Gestión del riesgo , en el marco del Cumplimiento normativo (Compliance) en la PDI. Esto no solo responde a los desafíos actuales en materia de integridad organizacional, sino que también se alinea con nuestro Plan Estratégico de Desarrollo Policial 2023-2028, que establece como eje central el fortalecimiento del control interno, junto al pilar de la probidad, ética y derechos humanos.
A pesar del aislamiento geográfico que tenemos como Región, de algo tenemos claridad... No estamos ajenos a los crímenes, es por esto que hemos intensificado nuestra labor investigativa, combatiendo el delito de manera integran y como equipos integrados por distintas brigadas especializadas. Muestra de aquello, es la primera investigación de lavado de activos realizada en Aysén y que permitió atacar el patrimonio de imputados por tráfico de drogas, por más de 100 millones de pesos. Como detectives estamos convencidos que el crimen hay que atacarlo de forma integral, con investigaciones que no sólo combatan el delito base, sino que también los que puedan estar asociados. Esto sin duda marca un precedente regional. Gracias a un trabajo profesional, territorial y basado en inteligencia, se han logrado importantes detenciones y desarticulaciones de redes delictuales, reforzando la seguridad de las comunidades locales.
El fortalecimiento del área científico-criminal, permite enfrentar delitos más sofisticados con herramientas de vanguardia. Lo anterior va de la mano con la vinculación con actores del ecosistema de seguridad pública, conscientes de que los desafíos actuales requieren soluciones colaborativas.
Mirar al futuro implica asumir que las amenazas evolucionan. Por eso, como PDI continuamos adaptando nuestras funciones al nuevo modelo de persecución penal, que exige mayor especialización, análisis estratégico y capacidades técnicas para investigar fenómenos cada vez más complejos. La capacitación permanente de los detectives es clave en esta tarea, así como la cooperación internacional frente a delitos transnacionales.
Mantener y fortalecer la confianza ciudadana exige transparencia, cercanía y una cultura institucional basada en la probidad y respeto a los DD.HH. En un entorno de constante escrutinio, la PDI avanza con convicción hacia una policía moderna, eficiente y ética, sin perder de vista su vocación de servicio público.
Al cumplir 92 años, no solo celebramos nuestra historia, sino que reafirmamos nuestro compromiso con el país. Con una visión estratégica, anclada en la ciencia y la tecnología, la Policía de Investigaciones de Chile se proyecta al futuro con la misión clara de seguir garantizando seguridad y justicia para todas las personas.