Mientras el mundo busca soluciones frente a la crisis climática, la región de Aysén se adelanta con una propuesta audaz: el lanzamiento de su Hoja de Ruta para un Sistema Regional de Compensación de Emisiones. Nuestra región, rica en bosques, turberas, humedales y fiordos, no solo es una reserva de vida, sino también una potencia en absorción de CO?; de hecho, absorbemos alrededor del 25% de las emisiones nacionales. Solo nuestras turberas pueden almacenar hasta 1.500 toneladas de carbono por hectárea, superando ampliamente a otros ecosistemas del país. Esta hoja de ruta propone convertir nuestro patrimonio en un motor económico y ambiental para el territorio, y que ello repercuta en el desarrollo de sus comunidades. Queremos que los pioneros de esta tierra puedan tener una nueva oportunidad para relacionarse con su entorno.
El carbono no es un problema: es una oportunidad. Desde la SEREMI del Medio Ambiente, impulsamos esta estrategia como un nuevo paradigma que une conservación, justicia climática y desarrollo económico. La creación de un sistema regional para ser parte del mercado del carbono, sistema de compensación de biodiversidad y proyectos de carbono azul en el maritorio, podría permitir que comunidades rurales, pueblos originarios y actores locales se beneficien directamente de la protección de sus ecosistemas. Hoy en día ya estamos piloteando en varios frentes: proyecto de valorización del capital natural y una propuesta para Sistema de compensación de biodiversidad a través de la iniciativa BioAysén. Hay proyectos públicos y privados con potencial, estamos ya trabajando en algunos ¡les estaremos contando novedades!
La Patagonia no solo absorbe carbono: también lidera. Este camino no se recorre en solitario. El Gobierno del presidente Gabriel Boric, desde la División de Economía Ambiental de nuestro Ministerio, ha jugado un rol central en sentar las bases regulatorias para un mercado de compensación robusto, íntegro y transparente. El sistema de compensación de emisiones permitirá que empresas, instituciones y personas compensen sus emisiones invirtiendo directamente en proyectos certificados en la región, que pueden impactar en nuevas inversiones, normalización sanitaria, proyectos para enfrentar la contaminación del aire, entre otras oportunidades.
Esto abrirá un nuevo mercado para el desarrollo de proyectos locales, grandes y pequeños para las y los aiseninos, con criterios de sostenibilidad y justicia territorial. La estimación preliminar proyecta que podríamos captar importantes recursos económicos que irían en directo beneficio de la región.
Construyamos juntos el futuro verde de Aysén. Este sistema no es solo una medida técnica: es una propuesta ética. Es la respuesta concreta de una región que decide no ser espectadora del cambio climático, sino protagonista de sus soluciones. Con participación ciudadana amplia, una gobernanza regional robusta y estándares de integridad ambiental, Aysén marca un precedente para todo Chile y Latinoamérica.
Quiero cerrar extendiendo la invitación a sumarse al mundo público, al sector privado, a las organizaciones ambientales, a las comunidades y a todas las personas interesadas a ser parte de esta construcción colectiva. Hoy se abre una oportunidad única para fortalecer nuestra institucionalidad ambiental, potenciar nuestras capacidades territoriales y activar nuevas oportunidades económicas. Desde la Patagonia, hoy nace una nueva economía climática: una que compensa, restaura, transforma y que comienza aquí y ahora.