Celebrar sin dejar rastro: Por unas fiestas patrias más limpias en Aysén

La primavera se acerca a Chile y a nuestra región con sus colores y aromas: los cerezos florecen, los cerros se tiñen de verde y el sol alarga sus horas, ¡ya amanece más temprano! Es un tiempo de renovación, de encuentros y celebraciones. Y aunque las fiestas patrias nos llenan el corazón de música, empanadas y bailes típicos, también dejan algo menos festivo: un aumento significativo en la generación de residuos. Durante el 18 de septiembre, cada persona genera en promedio ¡8 kilos de desechos!, un 30% más que en un día normal. Esa alegría colectiva tiene un costo ambiental que no podemos ignorar, especialmente en tiempos de crisis climática, de pérdida de biodiversidad y de contaminación.
En Aysén, donde la naturaleza parece más vigorosa y los ríos corren con fuerza, sentimos con mayor intensidad el peso de lo que dejamos atrás. Sabemos que cada botella de plástico, cada plato desechable o bolsa que no se reutiliza, afecta nuestros lagos, bosques y glaciares. Por eso, como ministerio del Medio Ambiente, estamos trabajando con fuerza para transformar estos momentos de celebración en oportunidades de cambio.
La Ley REP (Responsabilidad Extendida del Productor) ya no es solo una norma en el papel: en nuestra región, los dos municipios que iniciaban su implementación han firmado el convenio para fortalecer la recolección selectiva y aumentar las tasas de reciclaje. A lo menos en Coyhaique, esta política pública implementada por el gobierno del presidente Gabriel Boric el 2026 permitirá que más de 20.000 hogares puedan gestionar su reciclaje en la puerta de su hogar. Pronto conocerán los detalles, pero lo importante es que ya comenzamos a caminar juntos hacia una gestión más inteligente de lo que consumimos, y seguiremos sumando productos prioritarios. Hay que comentar además que ya existen puntos limpios y verdes que permiten separar en origen, reduciendo así la cantidad de basura que termina en rellenos sanitarios.
Además, seguimos impulsando la Ley de Plásticos de Un Solo Uso, acompañando a pequeños comercios y ferias locales para que reemplacen lo desechable por opciones reutilizables. También avanzamos en la gestión de residuos orgánicos: en varias comunas están levantando iniciativas propias, gestiones barriales, trabajos con otros ministerios y sumado a la implementación del FNDR de gestión de residuos podremos avanzar en reducir significativamente el metano que se origina en vertederos y rellenos sanitarios. Pero el verdadero cambio nace en casa.
Llevar bolsas reutilizables, usar platos y vasos duraderos en las parrillas, separar lo que se puede reciclar y, sobre todo, elegir productos locales, no solo cuida el medio ambiente, sino que fortalece nuestra economía regional. Cada vino de Río Ibáñez o cada queso artesanal de La Junta que elegimos reduce la huella de carbono y apoya a quienes viven del territorio con respeto. Comprar local es una forma de enfrentar el cambio climático.
Aysén puede ser un ejemplo de cómo celebrar con alegría y responsabilidad. Que nuestras fiestas no dejen montañas de basura, sino recuerdos, abrazos y un entorno más limpio. Porque la verdadera herencia que dejamos no está en lo que consumimos, sino en lo que cuidamos. ¡Así que te invito a celebrar sin dejar rastro para así tener unas fiestas patrias más limpias!