Eficiencia extraviada

El rol fiscalizador es una herramienta que sin duda robustece nuestra democracia y enaltece las acciones que, desde las instituciones y la propia ciudadanía, surgen para velar por una buena gestión del Estado y del Gobierno de turno.
Sin esa facultad, todo sería mucho más complejo y hasta peligroso, pero en los últimos años el control social se ha potenciado mediante diversos mecanismos, incluido, por cierto, el rol de los medios de comunicación. Porque sacar a la pizarra a las autoridades y a los legisladores es un ejercicio fundamental, y aun cuando a algunos les moleste, permite poner en valor ese control social y rol fiscalizador que tanto bien le hacen a nuestra sociedad, espacialmente en este año electoral.
Imposible no citar al MOP, Educación y al Servicio de Salud, sectores que manejan grandes presupuestos, pero que tienen chapa de lentos, con varios procesos licitatorios adversos a su haber. Entonces la comunidad se pregunta, qué debe pasar para que el Gobierno, Nacional y Regional comiencen a mejorar la gestión, más en un territorio como Aysén, donde se depende casi exclusivamente de la inversión pública.
Una interrogante que abre espacios para el debate y para que las autoridades puedan explicar de manera simple y transparente, qué está pasando que se avanza tan lentamente. La gente quiere ver acciones concretas y no escuchar justificaciones. Por eso, ni siquiera una cuenta pública permite aclarar esas dudas, porque en ella solo se detalla lo positivo y simplemente se omite referirse a lo adverso.
Por eso es sumamente importante sacar a la pizarra a todos quienes están en los espacios de poder, a los designados y a los electos, porque la eficiencia sigue siendo un concepto fundamental para el desarrollo, pero en Aysén mucha gente cree y siente que está extraviado.