Editorial, Redacción Ha transcurrido casi una semana desde las elecciones del 16 de noviembre, y se viene la definición presidencial el próximo 14 de diciembre.
A partir del 11 de marzo de 2026 comienza una nueva etapa para el país, pensando por cierto en la nueva conducción que tendrá nuestra democracia, un hito tremendamente relevantes para la comunidad, y también con la mirada puesta en los desafíos que se deben abordar los próximos 4 años, un aspecto sin duda determinantes para Chile y sus regiones.
Porque los resultados de este balotaje, sin duda que permitirán comenzar a definir mejor las estrategias y los énfasis que los distintos bloques políticos deberán implementar para acompañar la nueva administración. A este Gobierno le quedan 3 meses de gestión, un periodo breve en el que difícilmente se logrará avanzar a otro ritmo, pero lo importante es que aún queda, y todos esperamos que así sea, la convicción desde el oficialismo, de querer avanzar un poco más y dejar al más consolidado ese sello diferenciador del que tanto se habló al comienzo de este mandato.
Queda un tiempo sumamente acotado para poder corregir errores, pero quizás propicio para tratar de corregir el rumbo, de mejorar la gestión y dejar un legado más robusto. Pero es un desafío que hay que enfrentar con mucha convicción si el oficialismo quiere al menos proyectar un nuevo periodo.
Por eso son importante las próximas 3 semanas, porque de ellas depende la sensibilidad electoral, la capacidad de convicción y por cierto, las propuestas que deberán mostrar los dos candidatos.
Hay un gran espacio para el debate y para que lod electores se informen, porque así como para Jeannette Jara y José Antonio Kast es urgente potenciar su despliegue territorial y mediático, para la ciudadanía es fundamental conocer las propuestas y acciones concretas que están ofreciendo al país.
Sil dejar de lado por cierto, que ambos deben hacerse cargo de las urgencias y de las oportunidades que demanda la ciudadanía para poder desarrollar esta zona extrema del país.
