Espacio físico insuficiente para la cantidad de mujeres que deben permanecer encarceladas, excesiva cantidad de horas de encierro en celdas, escasa o nula oportunidad de aprendizaje de oficios redituables una vez salidas al medio libre, escasas oportunidades para cumplir requisitos y optar a beneficios intra-penitenciarios, son algunas de las razones que motivaron a la Defensoría Regional de Aysén y al Instituto de Derechos Humanos a interponer, el viernes 8 de marzo, un recurso de amparo en favor de las mujeres privadas de libertad en la Región de Aysén.
El recurso busca que la Corte de Apelaciones de Coyhaique se pronuncie a favor de las mujeres encarceladas de la región y dispongan de las medidas necesarias para revertir esta situación.
Fundamentos
El recurso se funda en las deficientes condiciones de habitabilidad en que se encuentran las internas del Centro de Cumplimiento Penitenciario de Coyhaique, sección femenina (única sección femenina en toda la región), solicitando al tribunal de alzada "acoger la acción constitucional, adoptando las medidas necesarias y pertinentes para resguardar sus derechos y garantías".
La principal inequidad, señala el recurso, "radica que en el caso de los hombres adultos que cumplen prisión preventiva o pena privativa de libertad en la región de Aysén, Gendarmería dispone de 4 unidades de subsistema cerrado: CCP Coyhaique, CDP Puerto Aysén, CDP Chile Chico y CDP de Cochrane. En cambio, para las mujeres, solamente existe una única sección femenina, en la primera de las unidades mencionadas".
Esta situación no siempre fue así. En efecto, hubo modulo femenino en el CDP de Puerto Aysén hasta el año 2006; en el CDP de Cochrane hasta el año 2011; y en el CDP de Chile Chico hasta el año 2014. Es decir, progresivamente se ha ido limitando la oferta del subsistema cerrado de Gendarmería para las usuarias mujeres de nuestra Región.
En el mismo sentido, específicamente dentro del CCP de Coyhaique, la sección femenina ocupa 86 mts2 (lo que incluye un patio de cemento que casi no es usado porque no está techado), en circunstancias que el CCP en su conjunto tiene una superficie de 1.664 mts2 construidos. Este reducido espacio evidencia "una nueva discriminación que sufren las mujeres en el sistema penitenciario de nuestra Región", señala el recurso interpuesto por Defensoría Regional de Aysén e Instituto de Derechos Humanos.
En diversas visitas realizadas por funcionarios de ambas instituciones a la sección femenina, se constataron las deficientes condiciones estructurales e higiénicas en que se encuentra dicha sección, que, al día 06 de marzo de 2024, mantenía un total de 14 mujeres, 5 en calidad de imputadas y 9 en calidad de condenadas.
Uno de los aspectos más preocupantes, dice relación con los horarios de encierro y desencierro que afectan a las mujeres, "En estos escasos metros cuadrados conviven internas condenadas e imputadas, y debido a la segregación legal del Artículo 150 del Código Procesal Penal, hay un tratamiento diferenciado en los horarios de uso de los espacios comunes.
El horario de desencierro en la cárcel de Coyhaique es de las 09:30 a 12:00 horas en las mañanas y en las tardes de 14:00 a las 17:00 horas. Según los criterios de segregación antes indicados, imputadas y condenadas alternan mes a mes, un grupo se desencierra sólo en las mañanas y otro grupo sólo en las tardes. "A modo de ejemplo (…) durante enero las mujeres imputadas fueron desencerradas entre 9:30 a 12:00 horas del día, para luego ser encerradas durante el resto de la jornada. Desde las 14:00 a 17:00 horas fue el desencierro de las condenadas".
En consecuencia, las mujeres privadas de libertad de la sección femenina cuentan, como máximo, con tres horas diarias de desencierro, hecho que perjudica una adecuada resocialización, por lo demás afecta sus condiciones de dignidad como de salud mental, al estar 21 horas del día encerradas en un dormitorio sobre poblado, que no tiene ventilación y con escasos metros cuadrados.
Cabe señalar que los varones presos en Coyhaique, están desencerrados en ambos bloques, sin importar su calidad procesal, porque ellos cuentan con espacios diferenciados para imputados y condenados.
Inequidad, desarraigo e impacto familiar
Jorge Moraga, Defensor Regional de Aysén, destacó que desde hace varios años la institución ha apuntado la necesidad de contar con, al menos, una segunda sección femenina para las mujeres que quedan privadas de libertad en nuestra región. "Las estadísticas nos indican que cada vez hay más mujeres que son apresadas en nuestra región, por lo tanto, el espacio físico destinado a ellas en la cárcel de Coyhaique es absolutamente insuficiente, lo que repercute negativamente en su resocialización, entre otras áreas", explicó Moraga.
Además, explicó que el contar sólo con una sección femenina en Coyhaique, genera que las mujeres que son apresadas y que son de otras localidades, deben necesariamente trasladarse hasta Coyhaique para cumplir su encarcelamiento, lo que las desarraiga de sus hijos e hijas y demás familiares y entorno, porque es muy difícil que sus familias puedan viajar hasta Coyhaique para verlas por temas económicos, de trabajo, etc. "Aquí se da algo muy injusto porque cualquier varón de la región que queda preso, tiene la oportunidad de permanecer cerca de donde reside, en las cárceles de Cochrane, Chile Chico y Puerto Aysén; pero si es mujer sólo puede quedar recluida en Coyhaique", puntualizó.
El Defensor Regional señaló que similar situación se produce "cuando un varón tiene problemas con otros internos de la cárcel donde está, tiene la posibilidad de ser enviado a cualquiera de las otras tres cárceles que hay en la región; pero si una mujer tiene problemas con otra interna, la solución es sacarla de la región y enviarla a cárceles como Alto Bonito, en Los Lagos".
Por su parte, Joaquín Bizama, director del INDH en Aysén, señaló que no es posible continuar con la situación que afecta a las mujeres privadas de libertad. "Es necesario que el Estado procure mejorar las condiciones en que viven las mujeres presas de nuestra región (?) lo que debemos entender es que, más allá de los errores cometidos, son seres humanos que merecen dignidad; que no es posible mantener la desigualdad en que viven en comparación a los varones presos; y que cada vez que una mujer queda privada de libertad, no sólo se la afecta a ella como persona, sino que tiene un tremendo impacto en sus hijos e hijas y familias, porque ? sea justo o no - en la práctica, en nuestra cultura las mujeres son quienes sostienen los hogares, se ocupan afectiva y económicamente de los hijos e incluso de sus padres y madres, que quedan desamparados cuando una mujer entra a la cárcel", insistió.
En este sentido, Joaquín Bizama destacó que esperan un pronunciamiento positivo por parte de la Corte de Apelaciones, que permita cambiar la situación en que hoy permanecen las mujeres privadas de libertad de nuestra región.
Las autoridades esperan que, en aproximadamente un mes, se conozca el pronunciamiento de la Corte de Apelaciones de Coyhaique.