La organización de conservación marina Oceana lamentó el poco avance en materia de recuperación de pesquerías tras conocerse el informe Estado de Situación de las Principales Pesquerías Chilenas 2023, publicado por la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca).
El reporte revela que, de las 28 especies informadas, 9 se encuentran sobreexplotadas y 6 en condición de agotadas, es decir, el 53% de las pesquerías está en crisis. "Observamos que en pesquerías demersales, como las distintas especies de merluzas, no hay avances significativos a pesar de que existen las herramientas técnicas y administrativas para llevar adelante programas de recuperación de las pesquerías sobreexplotadas y agotadas", afirmó César Astete, Director de las Campañas de Pesca de Oceana en Chile.
"Este informe es muy similar al del año pasado y se confirma que el problema lo tenemos con la merluza común y la merluza austral. A dos años de Gobierno, podemos decir que estamos en el mismo punto o incluso peor", agregó Astete.
Desde Oceana alertan que la situación de los distintos tipos de merluza es crítica. Por ejemplo, la merluza común y la merluza de cola nunca han salido de la crisis, al menos desde que Subpesca comenzó a publicar el informe anual en 2012; mientras que la merluza austral y la merluza de tres aletas entraron en sobreexplotación en 2013.
Pese a estos alarmantes datos, en los últimos años se han aumentado las cuotas de pesca en recursos agotados. Por ejemplo, la merluza de cola pasó de 12.775 toneladas en 2023, a 16.410 toneladas en 2024, equivalente a un 28% de aumento. En años anteriores, se produjeron casos similares con la merluza común y la austral, donde se incrementaron los porcentajes de riesgo para obtener mayores cuotas; en el caso de la primera, se pasó de un 10% a un 20%, y en la segunda, de un 36% a un 50%. Estas decisiones, acusan desde Oceana, se tomaron sin la mejor información científica disponible y con el desacuerdo de científicos independientes.
"Que existan pesquerías que nunca han salido de la sobreexplotación o el agotamiento revela un problema importante que se arrastra desde hace varios gobiernos. En los últimos años no se han establecido medidas que busquen revertir esta situación", señaló Astete. "En fiscalización y monitoreo, se mantiene el programa que lleva adelante el Servicio Nacional de Pesca para la merluza común, pero no hay nuevas medidas de manejo, como la regulación de las técnicas de extracción, del manejo espacial para proteger caladeros de pesca artesanal, o la generación de una política de recuperación diferenciada por regiones, entre otras", añadió.
Crítica situación de la merluza común
Oceana ha presentado distintas propuestas para enfrentar las dos grandes amenazas para la conservación de la merluza común en Chile, que son la pesca ilegal y la pesca de arrastre de fondo. Sin embargo, desde la organización señalan que los avances de la institucionalidad pública se tornan demasiado lentos para la urgencia de los desafíos.
En pesca ilegal se presentaron propuestas para mejorar el control de la comercialización y el transporte, mientras que en materia de pesca de arrastre de fondo se planteó en 2016 que se decrete el congelamiento de la huella de la pesca de arrastre de fondo y así evitar que se expanda a zonas que no han sido impactadas.
"Llama la atención que ante la evidente urgencia que requiere la recuperación de las pesquerías, no existan propuestas de cómo avanzar por parte de Subpesca", expresó Astete. "Es de esperar que en 2025 no estemos lamentando un año más de sobreexplotación de la merluza común y de otras especies; si hace 10 años se hubieran tomado medidas concretas en estas pesquerías, hoy ya tendríamos especies recuperadas que serían un gran aporte para la economía, sin embargo, vemos que estos temas no son prioridad para el actual gobierno", sentenció.