Radiografía regional a la población penal


Siempre es bueno desde la óptica del trabajo que realizamos conocer el público hacia el cual está orientado nuestro que hacer, aquello nos puede servir para priorizar, planificar y modificar líneas de acción y la forma de alcanzar los objetivos que nos trazamos cada uno en el marco de la función pública.
Si bien a los encargados de clasificación y segmentación de Gendarmería de Chile nos compete la distribución de la población penal de acuerdo a una serie de variables técnico penitenciarias, la información que recogemos a través de los distintos instrumentos que manejamos nos permiten generar una radiografía de este grupo a nivel regional, caracterización que puede orientar desde distintos puntos de vista nuestra tarea, en una realidad cada vez más tensionada por el aumento del número de personas privadas de libertad y que nos lleva a cifras históricas, no solamente en nuestra región, también a nivel nacional.
Por lo mismo, durante el mes de julio hicimos este ejercicio pensando en las cifras observadas el primer semestre, el que evidenció datos interesantes, como que por ejemplo el 95% de las personas privadas de libertad en la región son hombres y el restante 5% mujeres. El 44% de la población penal se encuentra recluida en el CCP de Coyhaique, un 42% en el CDP de Puerto Aysén mientras que el 9% y el 5% los hacen en las unidades de Chile Chico y Cochrane respectivamente. Entendiendo que la población penal es dinámica, podríamos decir que hay días en que Coyhaique y Aysén han igualado en número su población penal.
Según la desagregación etaria de las personas recluidas en la región, un 34% están en el rango entre los 18 y 29 años, un 46% entre los 30 y 45, un 15% entre los 46 y 59 y un 5% de ellos tiene 60 años o más. La escolaridad es un aspecto relevante a la hora de pensar en el trabajo que realizan los equipos orientados a los procesos de reinserción social, pues el 23% tiene escolaridad básica, el 65% enseñanza media, un 11% educación superior y 1% no posee instrucción, cabe destacar que el 39% de quienes tienen escolaridad básica no la completó, cifra que en la enseñanza media alcanza a un 29%.
La configuración de delitos que más se reiteran entre la población penal condenada, cambia según el establecimiento penal, por ejemplo los datos regionales dicen que el 20% de los delitos cometidos por las personas bajo nuestra custodia están asociados a robos, un 17% por delitos de drogas, misma cifras para quienes cometen delitos sexuales, quedando en cuarto lugar con un 10% los homicidios, le siguen transito con un 7%, armas 5% y otros un 24% (+ de 10 tipos de delitos que no califican en las otras categorías). Si bien en el CCP Coyhaique predomina la configuración antes indicada, en Puerto Aysén por ejemplo el porcentaje de delitos sexuales es mayor al de delitos de infracción a la ley de drogas, muy distinto a la realidad de las unidades penales de Chile Chico y Cochrane. Es preciso aclarar en este punto que estas cifras no están asociadas necesariamente a la realidad delictual de la ciudad en la que se emplaza cada unidad, pues en la administración que realizamos, existe movimiento de población penal entre los distintos recintos.
Un dato interesante es que la mayoría de las personas que atendemos y custodiamos figura con sólo un delito, el 63% en el caso de Coyhaique, un 69% en el caso de Puerto Aysén, un 74% en Chile Chico y el 56% en Cochrane. Evidentemente las cifras expuestas dan cuenta del cambio en los fenómenos delictuales, los delitos de drogas eran marginales hace unos años atrás, quien leyó la prensa estos días sabrá que existen personas privadas de libertad por el delito de secuestro, algo impensado hace no tanto tiempo, la población penal extranjera también ha aumentado, si bien no alcanza el 10%, ya no es el margen de error estadístico.