¡Cuántos hechos han sucedido en los 113 años de existencia del Partido Comunista!
Cuando en el local del diario El Despertar de los Trabajadores de calle Barros Arana número 9 de Iquique, Luis Emilio Recabarren junto a un grupo de obreros salitreros y empleados deciden fundar el Partido Obrero Socialista, firmaron el compromiso irreductible de luchar sin denuedo por mejorar la calidad de vida de las y los trabajadores, aunque en eso se les vaya la vida.
En el acta de esa sesión del 04 de junio de 1912 se mencionan 27 nombres, agregando "y varios otros amigos". Algunos que firmaron el Acta de Fundación de este partido de la clase obrera chilena son: Luis Emilio Recabarren; Enrique Salas; Néstor Recabarren; Ruperto Gil; David Barnes, ecuatoriano; Nicolás Breton, español; Teresa Flores, única mujer participante en la fundación; Vicente Olivos; José Francisco García; Luis Figueroa; Ladislao Córdova; Juan Álvarez; Elías Lafertte.
La explotación de la clase obrera tenía larga data, pero fue necesaria la confluencia de condiciones tanto objetivas como subjetivas para que surgiera finalmente el partido que sería la vanguardia de las/los explotados. El contexto histórico era de una creciente conciencia de clases y movilización obrera cuando, a comienzos del siglo XX, Chile experimentó un enorme crecimiento económico que sólo beneficiaba a la oligarquía nacional y las empresas extranjeras principalmente inglesas. Junto a ello, se produjo la escisión de lo que fue el Partido Democrático al que pertenecía Luis Emilio Recabarren, el que a juicio de los trabajadores había perdido su línea de acción al unirse a los partidos políticos tradicionales, los que eran partidos de la clase capitalista.
En el Programa partidario aprobado durante el Primer Congreso Nacional, se reconocía "que la sociedad presente es injusta desde el momento que está dividida en dos clases y que el salario percibido por los trabajadores corresponde a una ínfima parte del producto total del trabajo y sus variaciones son originadas por las necesidades de la industria y la afluencia de productores".
Ese análisis corresponde al año 1915, pero perfectamente podríamos asumirlo como actual, porque aún después de grandes conquistas para el mundo trabajador, la base esencial de la sociedad continúa igual, dándose la lucha de clases entre los propietarios de los medios de producción y los trabajadores. Sumado a que en este modelo neoliberal los poseedores de los medios de producción pagan a los trabajadores un salario que no refleja el valor total del trabajo que realizan, generando una plusvalía que se apropian como ganancia.
Se hace imprescindible la presencia de un Partido Comunista actualizado, fuerte, que sin olvidar sus principios fundadores, responda al descontento y la frustración acumulados por décadas de desigualdad, abuso y exclusión.
Por eso, después de análisis y debate de todas y todos los comunistas en el XXVII Congreso realizado el 2024, se reconoció que el Partido ha estado desconectado de las masas, limitando su capacidad de acción y que debe retomar el legado de Recabarren guiando al partido en la construcción de un modelo político que promueva justicia, igualdad y socialismo. Esto mediante una estrategia integral que articule las luchas sociales, el fortalecimiento de las masas y la construcción de alianzas sólidas, consolidando al Partido como el actor principal de los cambios profundos que Chile necesita.
Ahora, el Partido debe actuar en consecuencia, fortalecer su funcionamiento orgánico, afinar su comprensión política y avanzar en un programa transformador que, superando el neoliberalismo, construya el socialismo en Chile.