Aysén: Decisiones con equilibrio y corresponsabilidad


En los últimos días se ha conocido la aplicación de un cambio de criterio por parte de la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA), que afecta directamente a la empresa salmonicultora Cooke Chile y genera incertidumbre jurídica respecto de la continuidad de tres de sus centros de cultivo. Este hecho resulta llamativo considerando que existía un acuerdo público, firmado por las máximas autoridades del Medio Ambiente y de Economía, que parecía dar una señal de entendimiento para avanzar en soluciones planificadas y dialogadas.
Más allá de lo que podría parecer un conflicto administrativo entre una empresa y una autoridad, lo cierto es que estas decisiones tienen un alcance mucho más amplio. Cada resolución de carácter unilateral ?ya sea desde el Estado, una empresa o incluso desde organizaciones de la sociedad civil? incide directamente en el ecosistema económico, social y ambiental de Aysén. Detrás de cada productor existe una cadena de pequeñas y medianas empresas locales, que a su vez sostienen empleo y dinamizan la economía regional. Detrás de esas Pymes hay familias que han apostado por vivir en este territorio, y dentro de esos hogares jóvenes que estudian y se preparan con la esperanza de forjar su futuro aquí, sin tener que emigrar en busca de oportunidades.
Esa dimensión social y territorial suele quedar relegada. Con frecuencia, la salmonicultura se presenta de manera parcial, invisibilizando la historia de quienes, con enorme sacrificio, perseverancia y visión, apostaron por desarrollar una actividad productiva en uno de los territorios más australes, aislados y exigentes del planeta. La evolución de la industria en Aysén no ha estado exenta de dificultades ni de aprendizajes, pero también ha sido un ejemplo de innovación y resiliencia frente a un entorno natural desafiante y de alto costo humano y logístico.
Hoy, más que nunca, estas historias deben estar en el centro del debate público y político. No se trata de clausurar con actos administrativos el esfuerzo de miles de chilenos, ni de desconocer la importancia de la conservación ambiental, sino de reconocer que Aysén no es solo recursos naturales ni industrias: es un entramado vivo que requiere equilibrio, corresponsabilidad y visión de futuro.
Desde la Corporación de Desarrollo Productivo del Litoral de Aysén (CorpAysen), que reúne a sindicatos de trabajadores, Pymes, cámaras, empresas y múltiples actores del litoral, queremos contribuir a abrir un espacio de diálogo franco con autoridades regionales y nacionales. Nuestro propósito es construir una agenda compartida que convierta a Aysén en un modelo de desarrollo donde la protección ambiental, la equidad territorial y la innovación productiva no sean objetivos contrapuestos, sino dimensiones complementarias de un mismo camino.
Porque lo que está en juego no es solo la estabilidad de una empresa o la interpretación de una norma, sino la calidad de vida de quienes hemos decidido habitar y proyectar nuestro futuro en este territorio austral. Y es precisamente esa responsabilidad compartida la que debe guiar cualquier decisión que se adopte sobre nuestro presente y nuestro porvenir.