El vil dinero


Al parecer la cosa no cambia nada, el dinero sigue siendo el principal objetivo de las personas en nuestro planeta. Es el Dios dinero, todos le rinden culto. La gran mayoría en nuestra occidental sociedad son materialistas. No es el dinero un medio para otros fines, es el fin en sí mismo. Es el gran legado de la economía global de mercado que impera en este mundo. Del capitalismo. Trabajo pensando en el dinero que voy a ganar, voy de candidato para seguir juntando dinero. Los compromisos de gestión que están asociados a un compromiso económico son los que nunca pueden fallar. El poder y el dinero van tomados de la mano y lamentablemente, esto se lo transmitimos a las nuevas generaciones.
En sentido estricto, el vil dinero es una clase de objeto material útil sólo o principalmente con fines de intercambio y que puede circular indefinidamente entre las personas que lo usan sin perder necesariamente valor.
Los admirados atributos del dinero -contabilidad, portabilidad, divisibilidad, homogeneidad reconocibilidad e intercambiabilidad- (dinero por otras cosas y por otro dinero) han llevado a algunos estudiosos a considerar su uso como signo de creciente racionalidad de la sociedad. Muchos esquemas evolutivos sugieren que las funciones útiles del dinero son tantas que habrán de desplazar con el tiempo a otras formas de intercambio.
En nuestra vida cotidiana, prácticamente ya no utilizamos el dinero material, los viejos y arrugados billetes, las monedas, símbolo del dinero en la antigüedad. Hoy en día las tarjetas y las transferencias electrónicas lo han desplazado. Prácticamente hoy nuestro dinero es simbólico, es un numero que sube y baja en una cuenta determinada. No pasa directamente por nuestras manos. Es un número que pasa de unos a otros.
El vil dinero es un arma de dos filos que ha polarizado a los teóricos sociales. Los humanos pueden usar el dinero en apoyo de la división del trabajo para aumentar así la producción y la productividad, pero también pueden usarlo para explotar, subyugar y empobrecer a otras gentes.
Las personas perciben en el dinero valores tanto cuantitativos como cualitativos. Los valores cualitativos del dinero pueden ser simbólicos, psicológicos o estéticos en su naturaleza. El dinero se crea con símbolos y es en sí mismo un símbolo de gran versatilidad. Puede entenderse exánime e inerte o vivo y en auge, como desprovisto de significado moral inherente, cargado de valor moral propio y comercio, regateo, provecho, individualismo,
Diversamente retratado en las filosofías clásicas como facilitador del intercambio, manifestación del contrato social, corruptor de vínculos sociales, tentador de almas o segregador de las clases sociales, al dinero se le atribuyen a menudo poderes que en realidad pertenecen a las personas que lo atesoran o intercambian.
Tanto a cambiado nuestra sociedad de consumo, material, cada vez con menos valores en práctica, que hoy en día muchos jóvenes en vez de seguir estudios superiores se dedican a formar "emprendimientos" para generar dinero rápido, ya que todo tiene que ser rápido e instantáneo hoy en día. Con dinero puedo comprar y si compro consumo y si consumo soy feliz. Producto de lo mismo estamos plagados de estafas que intentan siempre reducir todo a un monto numérico de dinero. Si transfiero soy feliz y hago feliz a mis destinatarios. Cuando mi número crece estoy más feliz y si va disminuyendo rápidamente, me empiezo a preocupar, ya no soy el mismo. Casinos y juegos de azar están siempre vigentes, jugando con las esperanzas del pobre, para así poder ser millonario algún día y tener mucho dinero, para qué, no importa.
Para que lo sepan, el vil dinero no existe, es solo una ilusión.