Fotografía análoga y la familia de fotógrafos

Esta columna será algo diferente y más personal a otras, para contar sobre el Primer Encuentro Interregional de Fotografía Análoga de Aysén, en el cual estuvimos involucrados de una y otra forma.
Este encuentro fue organizado por el Laboratorio Fotográfico Comunitario LAFOCO y constaba de varias actividades como un pre-encuentro con proyección de diapositivas de Aisén Reserva de Vida a escolares de la Víctor Domingo Silva, y en días siguientes, la inauguración con exposición de fotos de Leonora Vicuña y dialogo con esa fotógrafa y Javier Cárcamo (Foto Pony) sobre el oficio y arte de la fotografía análoga, talleres de conservación de archivos fotográficos familiares por Sebastián Saavedra, talleres de revelado color y de coloreado de fotos, y muestra autoral colectiva "Miradas del Sur" en calle y feria Las Quintas (¡aun visible ahí; recomendamos verla!). La verdad es que fue tema y actividades inusuales, bien interesante y dignas de participar y mirar. ¡Felicitaciones a LAFOCO y en eso con quienes me toco interactuar y ver organizando, Ioana Radu, Paola Zapata y Felipe Soza! Aparte de esto, la conversación que tuvimos con Leonora y Javier estuvo, además, muy entretenida. Y suele llamarnos la atención lo poco que los aiseninos conocen su región.
Aparte de participar en el pre-encuentro, donde además mostramos y usamos aparatos fotográficos analógicos y conversamos sobre cómo era la fotografía antes, en lo personal, caí en cuenta que buena parte de mis ancestros eran fotógrafos y que justo estaba rescatando una foto patrimonial familiar en que aparece mi bisabuelo pintor retratando a una de sus hijas a caballo y la bisabuela con la otra aun bebe, hermanas de una abuela (que aún no nacía) y que llego a ser maestra fotógrafa en Munich (falleció cuando mi padre tenía 17 años). Y su marido, mi abuelo Hartmann, también lo era. Su hijo mayor (desaparecido en el frente en Smolensk), también era fotógrafo y mi padre que era electricista termino, tras la guerra, aprendiendo y trabajando en ese oficio en Foto Hartmann, en la calle Lota de Santiago, hacia donde había emigrado su padre antes de la guerra. Ser maestro fotógrafo era en Alemania un prestigioso e importante título gremial. Mi padre, en 1960, es contratado por la Braden Copper Co. luego Codelco El Teniente, como jefe del nuevo laboratorio fotográfico ubicado en Coya. Ahí hacían de todo bajo el lema de que "una foto ahorra mil palabras". También hacían murales, microfilm y matrices de imprenta. Debe haber sido de los primeros laboratorios en Chile en ampliar y revelar negativos y diapositivas a color, para lo que mi padre fue a un curso en la Agfa Gevaert en Amberes y Munich o Leverkusen. Poco tiempo después que mi padre jubilase, se cerró el laboratorio. La digitalización y automatización termino por comérselo. Con eso, además, hoy cualquiera se las da de fotógrafo y saca y publica fotos hasta con su celular y los fotógrafos profesionales están en peligro de extinción.
En lo personal, recibí de regalo una maquina fotográfica cuando tenía unos 11 años y aprendí a ampliar y revelar en la oscuridad (¡con unos líquidos químicos re contaminantes!) y hasta llegué a tener mi ampliadora que usaba cuando estudiante en Santiago. De ahí salían las fotos para" El Implacable", diario mural de la FAU y para croquear y otros trabajos de la escuela (de Arquitectura). En esos años 1977-78, tuve el privilegio de presentar (con el auspicio de El Teniente), dos exposiciones fotográficas de mis reportajes a la apertura del Camino Longitudinal Austral, en el entonces Chiloé Continental. Igual hubo algunas charlas con diapositivas sobre esto y de la 1ª Expedición Chilena a la Ruta de los Polacos del Aconcagua, en la que fui su fotógrafo y camarógrafo. Y luego de mi estadía y trabajo en Tortel (de lo que hay varios álbumes). ¡En esa ocasión iba armado de tres maquinas fotográficas y harta película! Producto de lo recogido en Tortel hubo además varias exposiciones de fotografías, las cuales aún están disponibles para otras más. De mis 41 años en Aisén hay varias series de diapositivas, entre otros, de montañismo, campañas y trabajo y Reserva de Vida.
En los últimos años fuimos reportero gráfico y levantador de fotografías de territorio afectado en las campañas contra Alumysa y Patagonia sin Represas. En esta última, nos vimos obligados de cambiar a la fotografía digital para facilitar la publicación y actualidad y nuestras charlas ya eran con diapos digitales.
Finalmente, el hijo Martin Keoken estudió cine y tenía también su cámara analógica, y el otro, Tomás Joshen, es técnico en sonido, prefiriendo tecnología analógica para mayor calidad, además de ser admirador de la fotografía analógica.