Fuerte disminución del embarazo adolescente en Puerto Aysén


En 2019, el embarazo adolescente en Puerto Aysén representaba el 7,7% del total de gestaciones; en 2025, la cifra bajó a 2,4%, según datos del Servicio de Salud Aysén. Esta disminución local se suma al panorama nacional, donde la tasa de natalidad adolescente también descendió, pasando de 44,1 por cada 1.000 jóvenes en 2014 a 9,0 en 2024.
Para la matrona Carla Flores Laferte, del Programa de Salud Joven y Adolescente del Cesfam Puerto Aysén, el cambio se explica en gran medida porque hoy los jóvenes tienen acceso a una educación sexual clara, libres de prejuicios y con espacios seguros para preguntar. "La base está en que puedan acceder oportunamente a una educación sexual de calidad, donde se sientan acompañados y comprendidos", señala Flores.
En esa misma línea, la doctora Francisca Bertrand también del Cesfam, destaca que la Educación Sexual Integral (ESI) permite que las y los jóvenes tomen decisiones informadas y responsables sobre su salud sexual y reproductiva. Esta estrategia, además, se adapta a las distintas características de las personas, considerando sus conocimientos personales, creencias religiosas, étnicas y la diversidad sexual. Así como también, se preocupa de derribar mitos y tabúes comunes.
Otra de las medidas claves adoptadas en Chile, dice la doctora Francisca Bertrand es garantizar el acceso gratuito a una amplia gama de métodos anticonceptivos para adolescentes. Entre las opciones disponibles están: Píldoras anticonceptivas, Dispositivo Intrauterino (DIU); Implantes subdérmicos; Inyecciones; Condones externos e internos y Anillos anticonceptivos.
"Hay dispensadores de condones en el Hall del Cesfam, pero también pueden solicitar los otros métodos anticonceptivos agendando una hora con la matrona los menores de 14 años con autorización de sus tutores y sin autorización para los mayores de 14 años", confirma.
La píldora de emergencia está disponible en toda la red asistencial y puede ser solicitada por personas de cualquier edad, incluyendo menores de 18 años, sin necesidad de autorización ni acompañamiento.
"La educación sexual no es una incitación, sino una herramienta fundamental para guiar un proceso natural e inevitable. Este despertar sexual, impulsado por los cambios de la pubertad que ocurren entre los 10 y 14 años, involucra el desarrollo de la libido y la atracción por otras personas. Por eso, es crucial que la educación sea oportuna, para que los jóvenes reciban la información y el acompañamiento que necesitan a tiempo", concluye la matrona Flores.