Homenaje a Ramón Osses Sánchez


Fue a principios del siglo pasado que José Ramón Osses Sánchez se arrimó a estos parajes australes buscando mejor vida. Para él y su familia. Una existencia que, sabía, no sería fácil. Pero Ramón (como simplemente le llamaban), como tantos y tantas de aquella época, estaba dispuesto a poner el hombro. Y las manos. Y todo lo que fuera necesario para salir adelante. Era el sueño de una tierra virgen por descubrir y trabajar.
Venía de San Clemente, donde nació un 31 de agosto de 1870. Por esos años estaba bajo la jurisdicción de ciudad de Talca. Su madre, Mercedes. Su padre, también José Ramón.
En 1904 se asentó en lo que hoy es el sector de El Claro. Cerca de lo que luego sería Baquedano y más en el futuro, Coyhaique. Eran los tiempos de la Sociedad Industrial del Aisén.
Despejó terreno, taló bosque, levantó cercos junto a los nuevos vecinos del sector. Y levantó su primera casa. Cumplida la tarea, retornó en 1908 a San Clemente a buscar a su esposa María Jesús Arenas López y sus hijos. El retorno quedó signado en 1912.
En la familia la tradición dice que al regresar se encontró en parajes argentinos con los hermanos Juan y Manuel Foitzick Casanova, a quienes le habría orientado a llegar a esta zona. Pero claro, tal es hoy prácticamente imposible de demostrar como tantas otras historias.
Fueron pasando los años y se fundó Baquedano. El pueblo crece y se necesita educar a los niños y niñas nacidos ya en estas tierras. Es ahí cuando Ramón dona parte de su terreno para construir una escuela básica del río Claro. La que se levantaba donde hoy se emplaza el Liceo Altos del Mackay.
La tradición familiar también cuenta que mientras se construía la pequeña escuela, con el esfuerzo de todos los vecinos y vecinas del sector El Claro, las primeras clases se habrían realizado en el living de la casa de la familia Osses Arenas. Mal que mal, dos de sus hermanas eran profesoras normalistas que emigraron de San Clemente a Santiago.
Si de entregar terrenos para el interés público se trata, Ramón estaba forjado con el mismo talante que otros pioneros y pioneras. El naciente Club Aéreo de Coyhaique necesitaba un lugar para su pista de aterrizaje, ante lo cual un grupo de pobladores del sector cedió parte de sus terrenos para su construcción. Hoy es el Aeródromo teniente Vidal. La familia también entre los donantes.
Pero su aporte no quedó ahí. También entregó los terrenos para la implementación del cementerio de El Claro, con una sola condición: que fuera gratuito y sólo para vecinos e hijos de los colonos del sector.
El atardecer de su vida, Ramón Osses Sánchez lo enfrentó en solitario, estafado y pasando sus últimos días en el Hogar de Ancianos de Coyhaique. Falleció en 1975, a los 105 años. Su esposa María Jesús, se le había adelantado unos 11 años.
Hoy su familia, sus nietos y bisnietos, han querido compartir su historia. Una que, al igual que la de tantas mujeres y hombres pioneros, han sido obviadas por la historia oficial de Aysén. Ramón Osses, como otros, entregó su vida a esta tierra, aportando a su crecimiento social y económico.
Este 2025 se cumplen 50 años de su muerte. En agradecimiento a quienes les precedieron, en especial a José Ramón Osses Sánchez por su lucha en esta tierra, se ha querido relatar su historia. Una que habla de generosidad y humildad.
Cuando cruce el "Puente Osses" en el río Claro, ya sabrá quién fue él. Y como Ramón hace casi 100 años, le haremos una sola petición: aporte a esta tierra como los que llegaron primero lo hicieron al arribar.
Con cariño de su bisnieto Patricio y sus tataranietos Cristian y Fernando.