Cámara Chilena de la Construcción, Coyhaique
En la construcción, donde levantamos hogares y conectamos territorios, la pregunta ¿Podríamos hacerlo mejor? se vuelve esencial. Cada mejora ?en seguridad, eficiencia o sostenibilidad? tiene un impacto real en las personas y en el entorno que habitamos.
Hoy, la Cámara Chilena de la Construcción impulsa un cambio cultural profundo. No esperamos que una ley nos obligue a modernizarnos; decidimos hacerlo porque creemos en la capacidad transformadora del trabajo bien hecho. Por ejemplo, a través del Compromiso y sello PRO -programa impulsado por el gremio-, las empresas están midiendo su desempeño, diagnosticando sus procesos y trazando metas de mejora continua. Más que cumplir estándares, buscamos construir confianza con nuestros equipos, clientes y comunidades.
Como plantea Larry Keeley en su libro "Ten Types of Innovation", el verdadero motor del cambio no está solo en los productos o tecnologías, sino también en los modelos, experiencias y redes que creamos. Innovar es mirar distinto lo que hacemos cada día: cómo planificamos, cómo coordinamos equipos, cómo gestionamos residuos o cómo aprendemos del error. El cambio nace en cada decisión, en cada conversación en terreno o en oficina.
En Coyhaique y en toda la región de Aysén, esa mirada ya está ocurriendo. El Nodo de Innovación de la CChC conecta a empresas locales con universidades, centros tecnológicos y emprendedores para impulsar soluciones más limpias, circulares y digitales. Así, la sostenibilidad deja de ser un concepto abstracto y se convierte en una herramienta concreta de productividad y orgullo regional.
Innovar en Aysén tiene un valor distinto. Nuestro clima extremo nos desafía a ser creativos y eficientes; las distancias nos exigen planificar mejor y pensar distinto. Pero nuestra escala humana nos da una ventaja única: aquí todos nos conocemos, nos encontramos en las mismas calles, en los mismos cafés y tejemos redes que facilitan la colaboración.
En esta región es posible ver el impacto directo de cada mejora, aprender rápido y transformar de manera tangible. Por eso, este es un llamado a mirar nuestro trabajo con nuevos ojos, a atrevernos a experimentar y a sumarse a este movimiento que ya está tomando forma.
Desde la Cámara Chilena de la Construcción en Coyhaique, seguimos abriendo espacios para inspirar, conectar y acompañar este proceso. Porque desde Aysén, la innovación no solo se habla: se construye.


















