Que la celebración de Fiestas Patrias no termine en tragedia


Septiembre es un mes diferente porque en diversos rincones de nuestro país se respira el espíritu de las Fiestas Patrias. Suele ser un tiempo de encuentro, tradiciones, música tradicional, asados y de compartir con la familia o con amigos.
Sin embargo, también es -lamentablemente- una época marcada por un preocupante aumento en los accidentes de tránsito en todo Chile, muchos de ellos con consecuencias fatales. Por lo mismo, como Fiscalía Regional de Aysén queremos hacer un llamado a la comunidad para cumplir con la ley de tránsito, la cual nos permite proteger la vida y evitar tragedias que enlutan a nuestras comunidades.
Cada año, durante las celebraciones de Fiestas Patrias, vemos decisiones imprudentes que terminan en accidentes, los cuales están directamente relacionados con el consumo de alcohol y la conducción temeraria. Por cierto, se trata de hechos evitables, causados por decisiones irresponsables que no solo vulneran la ley sino que ponen en riesgo vidas humanas.
Desde su entrada en vigencia en 2014, la Ley Emilia ha buscado sancionar con mayor severidad a quienes conducen en estado de ebriedad y causan lesiones graves o la muerte. A pesar del endurecimiento de las penas, siguen ocurriendo tragedias.
¿Por qué? Porque la ley no puede reemplazar lo más importante, es decir la conciencia y el compromiso de cada persona.
No basta con el temor a una sanción penal. Debemos entender que conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas es un acto profundamente irresponsable y peligroso, que puede destruir vidas en pocos segundos.
Desde la Fiscalía, queremos sumarnos a las recomendaciones que entregan habitualmente las instituciones policiales y los organismos de prevención.
En realidad, son consejos muy relevantes y básicos, como si va a beber, no conduzca. Para ello, puede coordinar previamente a un conductor designado dentro de la familia o amigos o utilizar plataformas de transporte. No ponga en riesgo su vida ni la de otros.
Otro factor relevante es respetar los límites de velocidad y las señales de tránsito. Cada norma existe por una razón. Y algo muy relevante, sobre todo en los tiempos actuales: No usar el celular mientras maneja. Un mensaje o llamada puede esperar; la vida suya o la de los demás, no.
Por cierto, usar el cinturón de seguridad, tanto en los asientos delanteros como traseros, puede salvar vidas en caso de un choque y, asimismo, algo muy necesario es denunciar las conductas irresponsables. Si ve a alguien conducir bajo los efectos del alcohol o de alguna droga, haga la denuncia al fono 133 de Carabineros. Puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
Desde nuestro punto de vista, la seguridad vial no es un tema exclusivo del Estado ni de las autoridades. Es una responsabilidad colectiva. Cuando hablamos de fallecidos en accidentes de tránsito, no hablamos de cifras sino que hablamos de personas, de sueños truncados, de familias que no volverán a ser las mismas.
Cada vez que como Fiscalía recibimos una denuncia por conducción en estado de ebriedad, bajo los efectos del alcohol o un accidente con resultado de muerte, no vemos solo un caso más. Vemos una vida interrumpida. Y eso es complejo.
Celebrar es parte de nuestra identidad nacional, pero no puede ser que año tras año, al final de estas fechas, debamos lamentar víctimas que pudieron haberse salvado si alguien hubiera actuado con responsabilidad.
Nuestro llamado es que, en estas Fiestas Patrias, volvamos todas y todos a casa. Que la vida no se apague por una decisión irresponsable. Y recuerde que a veces más vale perder un minuto de la vida, que perder la vida en un minuto.