Rosa Pesutic Vukasovic, Partido Comunista de Aysén
No fue casual que el 10 de diciembre de 1948 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamara en París la Declaración Universal de los Derechos Humanos DUDH. Fue una respuesta a los actos de barbarie cometidos en el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial. La memoria de las atrocidades cometidas durante los 6 años que duró esa guerra, impulsaron la adopción de estos derechos como la base de la libertad, la justicia y la paz.
El documento emitido establece los derechos inherentes a todas las personas, independientes de su etnia, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole y se adquieren por el solo hecho de existir. Derechos universales son, entre muchos otros, el derecho a la vida y a la libertad; a no estar sometido a esclavitud ni a torturas; a la libertad de opinión y de expresión; a la educación, la salud, el trabajo.
Si bien es cierto todos los derechos son importantes y están conectados, hay uno que se considera fundamental y sin el cual ningún otro derecho tendría sentido, y es el derecho a la vida e incluye la protección y la preservación de la vida de todos.
No son letra muerta ni debieran serlo pues constituyen la base de la legislación internacional de derechos humanos, incluso hay Pactos Internacionales que complementan la DUDH. Chile no sólo fue uno de los países redactores de la DUDH, sino también implementa políticas y acciones de promoción de los DDHH, aunque hay desafíos pendientes.
Son importantes, porque fomentan el desarrollo humano, son la base para la justicia, la paz social, la convivencia y, de suma trascendencia, establecen límites al poder del Estado, impidiendo abusos.
Establecen límites al poder del Estado, impidiendo abusos. Amerita análisis.
En septiembre de 1973 en Chile se perdió la democracia y con ella murió la libertad, la justicia y la paz y comenzaron los abusos. Así, 3216 personas fueron ejecutadas o hechas desaparecer por el régimen dictatorial que duró 16 años y 6 meses. Llevado a las frías estadísticas en promedio se asesinó o hizo desaparecer a 195 personas al año, o 16 personas al mes o equivale a la muerte o desaparición de una persona cada dos días. ¡Eso significó la dictadura en Chile!
Cuanto sufrimiento soportaron miles de personas que junto con perder a uno o varios seres queridos tuvieron que tolerar la indiferencia y maltrato de las instituciones que debieron protegerlos.
Frente a algunos casos de secuestro, tortura, muerte, desaparición, se pudo determinar a los culpables y encubridores. También a algunos de ellos se los pudo llevar a juicio y están cumpliendo condena. Como Miguel Krassnoff Martchenko, Brigadier del Ejército de Chile, que suma más de 80 condenas por delitos de lesa humanidad y cerca de 1047 años de presidio.
A ese asesino despiadado el candidato de ultraderecha a la presidencia de Chile ha visitado en la cárcel de Punta Peuco y, después de encontrarlo muy agradable "no cree que sea un criminal y que la justicia se equivoca". En sus planes está probablemente el indultarlo, junto a otros "abuelitos". No podemos permitir que los límites al poder sean tan laxos.
Está claro: La derecha no respeta los derechos.

















