Decretos presidenciales de última hora: Cuando en la puerta del horno se quema el pan


Si existiera algún aprendizaje del último tiempo del gobierno de Michelle Bachelet, es que no se pueden dejar las decisiones fundamentales para los descuentos. Que los legados se construyen con calma y buena letra, como dicen en el campo, y no cuando despunta el alba tras la resaca de cuatro años de acción. O inacción.
Esto es cierto más aún cuando existe la posibilidad de que la administración de relevo cambie de signo político. O de ideología, si se quiere.
Esto, en el contexto institucional chileno donde los actos administrativos del Ejecutivo de turno deben pasar por el control de legalidad de la Contraloría General de la República. Es lo que se conoce como toma de razón. Que se espera demore 15 días hábiles, pero que en ocasiones puede tardar mucho más.
Claro que no en todas partes es así. En estos últimos nueve meses, Donald Trump ha dado cátedra sobre cómo desmantelar lo que se suponía escrito en piedra estaba: restringió la ciudadanía por nacimiento; declaró emergencia migratoria en la frontera; indultó a 1.500 procesados por el asalto al Capitolio; eliminó los programas de diversidad, equidad e inclusión; retiró a su país del Acuerdo de París y la OMS; modificó arbitraria y unilateralmente los aranceles a prácticamente toda la comunidad internacional. Todo a través de lo que allá se conocen como órdenes ejecutivas.
En el caso de Chile, lo más parecido son los decretos. Que dicta el Presidente de la República, pero -como aclaramos- sujetos a escrutinio formal por parte de la Contraloría.
Según consignó la prensa de la época, cuando Sebastián Piñera asumió en 2018 retiró al menos 405 actos administrativos de la gestión anterior. Esto en sus primeros 15 días en La Moneda.
Esta decisión afectó el sistema Elige Vivir Sano, el reglamento sobre ordenamiento territorial, el Plan Nacional de Derechos Humanos, entre otros.
En el caso de Aysén, impactó la constitución del Parque Nacional Patagonia. Mediante el Decreto Supremo N°3 del 12 de febrero de 2018, Michelle Bachelet había dado curso a la conformación de esta nueva área protegida, junto a otras del sur del país. La decisión movilizó a sectores, principalmente ligados a la minería, que no veían con buenos ojos la ampliación del Sistema Nacional de Áreas Protegidas por quedar el área de Los Domos, cerca de Chile Chico, gravada bajo esa nueva categoría de protección. Consecuentemente, montaron una fuerte campaña para su redelimitación.
La asunción de Sebastián Piñera fue su oportunidad. Como el decreto aún estaba en revisión en Contraloría, el Primer Mandatario ordenó su retiro (que es una atribución presidencial) y consiguiente modificación. Si el decreto se hubiera emitido mucho antes y no en las postrimerías del gobierno otra habría sido la situación. Esto dado que la desafectación de un parque nacional oficialmente constituido (luego de recorrer todo su trámite formal) está restringida por normas internacionales como la Convención de Washington.
Hoy esta realidad es más compleja cuando, como han consignado varias organizaciones, existe un profundo déficit de contenidos ambientales en los programas presidenciales. Porque, mal que mal, de ahí saldrá el próximo Presidente o Presidenta de Chile.
Desde Fundación Terram apuntaron a las "políticas públicas ambientales" como las "grandes ausentes en las candidaturas", mientras que Chile Sustentable alertaba que las "propuestas ambientales de los presidenciables" son "pobres o inexistentes". Y donde abunda la grandilocuencia de un Chile como "potencia" agroalimentaria y energética, para nutrir e iluminar al mundo, mientras puertas adentro lidiamos con niveles de obesidad alarmantes y alzas de tarifas eléctricas.
Por ello, es un riesgo que el gobierno de Gabriel Boric se tiente a dejar andando diversos actos administrativos relevantes recién durante los últimos meses de su gestión.
Un poco más de claridad sobre los escenarios que se abren se tendrá la noche del domingo 16 de noviembre, tras la elección presidencial. Pero como todo apunta a que habrá segunda vuelta, la incertidumbre se trasladará al domingo 14 de diciembre.
Pero mediados de diciembre podría ser ya un poco tarde.