Hernán Libedinsky Moscovich, Fiscal Regional de Aysén
Creo que Chile se construye también desde sus regiones y no solo desde los grandes centros urbanos. Incluso desde sus largas rutas, localidades pequeñas y distantes. Es en esos lugares donde la presencia del Estado se vuelve una necesidad concreta para la vida cotidiana de las personas.
En la Región de Aysén esa realidad es aún más clara, porque en los lugares lejanos, la presencia de cada institución es también un acto de soberanía.
Durante las últimas semanas, hemos tenido la posibilidad de recorrer distintas localidades a fin de sostener reuniones, diálogos y coordinaciones con actores institucionales en Chile Chico, Cochrane, Caleta Tortel, Villa O'Higgins e incluso Candelario Mancilla.
No solo fue una gira protocolar sino una travesía para intentar mirar el territorio con los ojos de quienes viven y trabajan en él. Viajando por los mismos caminos que recorren. Eso nos permite escuchar, comprender, ajustar y adaptar nuestros procedimientos a la realidad que no siempre es visible desde Coyhaique o Santiago.
La reunión realizada en el Complejo Fronterizo Jeinimeni en Chile Chico, por ejemplo, es una muestra de lo que podemos hacer cuando tenemos la voluntad de coordinarnos. Dicho lugar corresponde al paso con mayor flujo de personas en la región, un punto estratégico donde lo policial, administrativo y legal confluyen diariamente a través del trabajo que efectúan distintas instituciones como PDI, Aduanas, SAG, Coordinación del Complejo Fronterizo y Carabineros, entre otros.
La coordinación interinstitucional puede marcar la diferencia para generar una respuesta oportuna que permita una investigación destinada a esclarecer los hechos denunciados. Por eso nuestra presencia como Fiscalía, junto a los equipos locales y autoridades provinciales, permitió revisar directamente los nudos críticos, las oportunidades de mejora y la necesidad de mantener comunicación permanente entre todos los actores involucrados.
Esta articulación es esencial para combatir fenómenos crecientes, como la criminalidad transnacional, especialmente en relación al tráfico ilícito de estupefacientes y contrabando, entre otros delitos.
En Chile Chico y Cochrane, las conversaciones con funcionarios y funcionarias de la Fiscalía, Carabineros, Armada, Gendarmería y el Poder Judicial nos permitieron mirar la realidad local sin intermediarios y conocer del profundo compromiso de quienes trabajan en dicha zona.
En estas localidades y en otras de la región, quienes integran las instituciones públicas son parte de la comunidad. Conocen a las víctimas, saben qué afecta a cada familia. Y esa cercanía, permite una respuesta más humana y consciente del impacto de cada decisión.
Por su parte, la visita a Caleta Tortel, Villa O'Higgins y Candelario Mancilla nos acerca a otra dimensión del trabajo en terreno, donde la capacidad de movilizarse con climas adversos y conectividad limitada, requieren una actitud de trabajo en equipo más allá de lo habitual.
En cada una de esas localidades, Carabineros y también la Armada, cumplen un rol esencial no solo en seguridad, sino también en soberanía. Por lo anterior, es imprescindible constatar en terreno sus condiciones de trabajo, las necesidades que enfrentan en emergencias y las dificultades reales para responder a casos de violencia intrafamiliar, delitos sexuales o lesiones, fenómenos delictivos más frecuentes en estas zonas.
Gracias al apoyo de la Armada pudimos llegar hasta Candelario Mancilla, a fin de conocer instalaciones, procedimientos y motivar la coordinación para enfrentar situaciones críticas en un entorno que exige paciencia y capacidad de adaptación permanente.
Este tipo de visitas nos permite ajustar procesos, mejorar los tiempos de respuesta y, sobre todo, comprender que la institucionalidad en terreno es una necesidad real.
Las rutas recorridas en las últimas semanas dejan claro que el desafío de la Región de Aysén no es solamente reforzar la infraestructura o aumentar recursos; también es sostener una coordinación constante, conocer a las personas y comprender la particularidad de cada comunidad.
Como Fiscalía Regional seguiremos fortaleciendo este enfoque territorial porque es la única manera de acercar la justicia a la ciudadanía, asegurando una respuesta penal efectiva y una presencia del Estado que marque una diferencia positiva. Porque, al final del día, la justicia también se construye escuchando, conversando y estando presentes.

















