Las oportunidades para Aysén con la creación de la Fiscalía Supraterritorial


La reciente promulgación de la Ley N° 21.644, que modifica la Constitución Política de la República para crear la Fiscalía Supraterritorial, constituye un hito para la investigación penal en nuestro país.
Se trata de un cambio que apunta al centro del fenómeno delictual que más preocupa hoy a las chilenos y chilenos, como es el crimen organizado y sus ramificaciones en el narcotráfico, trata de personas, tráfico de armas, entre otros.
La creación de esta nueva Fiscalía Supraterritorial representa tanto un desafío como una oportunidad, en una sociedad que demanda respuestas concretas frente a la criminalidad. En este sentido, es un desafío porque requiere implementar un modelo innovador de persecución penal, que supere las barreras regionales y es una oportunidad porque entrega una institucionalidad capaz de articular esfuerzos en todo el país.
La Fiscalía Supraterritorial, la cual contempla un crecimiento gradual en su dotación, buscará trabajar de manera articulada con las Fiscalías Regionales y con los Sistemas de Análisis Criminal que ya operan en cada territorio, asegurando así una investigación de alta complejidad, basada en datos e inteligencia.
Esta nueva orgánica al interior del Ministerio Público, abre oportunidades en distintos ámbitos, al fortalecer la capacidad del Estado para enfrentar fenómenos criminales que -hasta ahora- se habían abordado desde la estructura de cada Fiscalía Regional. Adicionalmente, introduce un modelo de persecución que se apoya en análisis criminal avanzado y en la trazabilidad financiera o patrimonio de estas organizaciones, elementos cruciales para una investigación moderna.
Aunque la Fiscalía Supraterritorial tendrá competencia nacional, es indispensable analizar lo que su implementación significa para regiones como Aysén.
A primera vista podría pensarse que el crimen organizado es un fenómeno circunscrito a las grandes ciudades o a regiones con pasos fronterizos más transitados. Sin embargo, las organizaciones criminales podrían buscar territorios con baja cantidad de población y grandes extensiones geográficas para generar rutas alternativas y minimizar el control policial.
La Fiscalía Supraterritorial permitirá enfrentar estos riesgos con una mirada integral, al facilitar que investigaciones iniciadas en la región puedan escalar y coordinarse con procesos investigativos de otras jurisdicciones, fuera del ámbito local.
Además, la colaboración entre la nueva Fiscalía Supraterritorial y los equipos regionales permitirá potenciar los sistemas de análisis criminal de cada zona.
Para Aysén, abre la posibilidad de contar con investigaciones más sólidas y con mayor cantidad de pruebas, en un contexto en que el aislamiento territorial ya no es un problema para las redes criminales.
Por cierto, la creación de la Fiscalía Supraterritorial no es la solución única ni definitiva al crimen organizado. Ninguna institución, por sí sola, puede revertir fenómenos delictivos de tal magnitud. Debemos trabajar unidos y en equipo junto a otras instituciones. Sin embargo, esta reforma marca un avance significativo al instalar en el Ministerio Público un órgano capaz de enfrentar estas amenazas con alcance real en todo el país.